lunes, 25 de julio de 2011

ATRÁS SIN PECADO

Me he puesto de pie y él detrás de mí. Su verga estaba dura como una piedra, y al darle la espalda él ha aprovechado para pegar su pecho a mí y meter su verga entre mis nalgas, buscaba mi ano. La punta de su pene ha encontrado mi agujerito ayudado por su mano, ha empezado a empujar poco a poco, con cada intento yo llevaba el culito hacia delante por instinto pero sabía que no me libraría de aquella penetración sodomitica. Me ha agarrado de la cintura con su brazo libre y me ha llevado hacia él, metiendo su glande por completo en mi ojito anal, he gritado, me ardía el ano, su verga dura se abría paso dentro de mi, el dolor era intenso pero soportable, cuando ya la había introducido toda ha comenzado a embestirme, y yo a gemir, sollozaba y daba algún grito, me ha mandado callar y al ver que no lo hacía ha tapado mi boca con su mano mientra seguía culiándome sin compasión, las embestidas cada vez eran más fuertes y más profundas y el dolor inicial se ha transformado en un placer inigualable, me sentía sometida a él que tapaba mi boca y violaba mi culo, me excitaba mucho esa situación, mi cuerpo se entregaba al placer y al dolor mientras él me la clavaba con más y más fuerza. Con su mano libre ha empezado a acariciar mi clítoris y un simple roce a hecho que me corriera salvajemente, ante esa escena él se ha corrido enseguida dentro de mi florcita anal y me la ha dejado adentro unos minutos, al sacarla su leche ha escurrido por el interior de mis muslos. Mientras me secaba con la toalla he notado que me dolía el ano. Ese dolor me ha hecho mojarme de nuevo, me excitaba. Mi hijo, sentado en el taburete del baño, con su verga colgando flaccida, me miraba con infinita ternura.

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