- Oh hijo!!! no estoy vestida - alcancé a exclamar.
- Calma mami... - exclamó él, y sus ojos recorrieron ávidos todo mi cuerpo.
- Deseaba verte así mami, te deseo hace mucho tiempo - dijo, acercándose a la cama.
Yo no supe que hacer y permanecí quieta, asustada pero a la vez deseosa. El se sentó a mi lado y comenzó a hablarme y tranquilizarme, yo deje de pensar y solo me deje llevar por el momento y por sus palabras. No me importo que mi hijo me viera así... en esos momentos lo vi como un macho joven, potente, el macho al que mi cuerpo deseaba entregarse y se poseída...
Ahí estaba yo, desnuda, mis pechos y mi sexo expuestos a las miradas y caricias de mi propio hijo... y no me importaba, mas bien lo estaba disfrutando como una hembra goza de su macho...
No hay comentarios:
Publicar un comentario