Yo tenia 15 años
y estaba en la flor de mi sexualidad, pero se limitaba a ver películas porno y
una que otra revista. Fue en ese tiempo donde la señora que nos cuidaba desde
niño y se encargaba de las cosas de la casa, enfermó y tuvo que dejar de
trabajar. Estuvimos mucho tiempo sin que mi madre no contratara a nadie. Sin
embargo mi madre volvió a trabajar y se vio en la obligación de contratar una
empleada puertas adentro. Se contrató a la señora Sonia, una mujer de unos 48
años, solterona, morena y con unos kilitos de mas, pero con un culo y una tetas
increíbles. Fue una noche en que yo ya estaba acostado con la luz apagada. El
calor era insoportable a si que me levanté y abrí la ventana de mi pieza. Gran
sorpresa me lleve al ver que en el cuarto que estaba detrás de la casa, donde
dormía esta señora, también se encontraba la ventana abierta y como una cortina
tipo visillo, con la cual con la luz prendida en el interior se podía ver
perfectamente. La señora Sonia se estaba desvistiendo. Al verla cerré un poco
la cortina y me lleve el mejor espectáculo de mi vida. Primero se saca su falda
y luego su blusa. Unas tetas descomunales parecían escaparse de su sostén. Su
tremendo culo estaba dentro de unos calzones grandes pero que le quedaban
bastante apretados, me excitaron de sobre manera. Se saca sus sostenes y sus
tetas quedaron completamente a mi disposición. Toma su camisa de dormir, se la
coloca, se acuesta y apaga la luz. De más esta decirles que esa noche me
masturbe como 3 veces recordando a la primera mujer que veía desnuda. Desde esa
noche y durante un mes me acostaba temprano y todas las noches me pegaba el
mejor "cuarteo" (como se dice en Chile) con esta señora. Como les
conté pasó mas de un mes, y cada vez que podía me deleitaba viendo su culo a
través de su apretado y casi transparente delantal, corriendo al baño para
saciar mi éxtasis. Una noche como todas en que yo me encontraba mirándola
mientras se desvestía, estornudé y ella se acercó a mirar por la ventana. Yo
rápidamente corrí la cortina, pero me parece que se dio cuenta que yo la estaba
observando. Una tarde en que ella lavaba los platos, pase por la cocina (que es
bastante angosta), y como siempre trataba de rozar mi paquete con ese culo. No
se si fue idea mía pero empecé a notar que ella echaba el culo mas para atrás
cada vez que yo pasaba. En uno de esos roces, ella se dio vuelta y me miró, yo
me hice el leso, como si había sido de pura casualidad. Una tarde en que como
siempre me encontraba solo con ella, entré por la puerta de la cocina, pasando
por el comedor, donde ella se encontraba sentada fumando un cigarro. Le
pregunté por mi traje de baño. Me dijo que estaba en la pieza de mi mamá. Al
caminar hacia el dormitorio de mi mamá, observe a través del espejo comedor,
como me miraba por detrás, sin que se diera cuenta que yo la miraba por el
espejo, me hizo un gesto como relamiéndose los labios. ¡Ella también estaba excitada!.
Volví a pasar, pero esta vez mi paquete se notaba a través de mis short, y
nuevamente hizo el mismo gesto pero esta vez se tocó entre sus piernas. Pasaron
un par de días y notaba como me miraba y hablaba distinto conmigo. Una tarde
que estaba acostado viendo una película, ella entra a mi pieza y empieza hacer
aseo. Yo miraba como se translucía su calzón a través del delantal. Ella se
acerca a la cabecera de mi cama y detrás de esta encuentra unos papeles con los
cuales yo limpiaba mi semen y que dejaba detrás de mi cama. Los recoge y yo me
pongo rojo. Me dice:
– ¿Y tantos
papeles que están aquí atrás?
Yo haciéndome el
gueón, le digo que no sé de que son.
– Parecen estar
manchados con algo –se ríe–.
Yo estaba
completamente avergonzado, y me dice:
– No se preocupe,
yo sé que son estos papeles, no ve que yo he tenido tres hijos y sé que tienen
que saciar su energía acumulada de esta manera.
Yo ni me atrevía
a mirarla, no decía nada…
– La otra noche
lo vi cuando me miraba mientras me desvestía, o no?
Yo lo negué, pero
ella se rió,
– No me venga
con que no, pero no se preocupe, no le voy a decir a nadie…
– Gracias.
– ¿Pero dígame
una cosa, le gusto lo que vio?, a mi no me molesta, al contrario, me halaga…
– Si –le dije-
me gustó.
– Le gustan?
– Si -le dije-.
– ¿No había
visto unas como estas antes?
– No, jamás…
– Y?... no… no
mejor que no…
– Que?
– No, es muy
chico…
– No dígame…
– Le gustaría
verlas mas de cerca?
– Si…
Ella se
desabrocha el delantal y me muestra un tremendo par de tetas.
– Mírelas, le
gustan…?
Me quedo con la
boca abierta, no lo podía creer, una mujer en mi pieza, mostrándome las tetas…
- Tóquemelas.
Sin pensarlo dos
veces empiezo a tocarlas suavemente, ella me aprieta las manos y me obliga a
apretarlas mas fuerte…
– Ahora
chupemelas…
Desesperadamente
me senté en la cama a chuparle las tetas a la señora Sonia. Ella se las
apretaba y me las restregaba en la cara, me pidió que me acostara y me bajo los
short y se metió mi pene hasta las bolas. Yo no aguante ni un minuto y le dije
que iba a acabar, para que lo sacara de su boca, pero ella aumentó su mamada y
no tuve más remedio que llenarle la boca de semen. Me siguió chupando y a mí no
se me bajaba, se acostó a mi lado boca abajo y se subió el delantal. Un
tremendo poto estaba completamente a mi disposición, le saqué los calzones. Yo
se lo tocaba, apretaba, recorriendo todo bajaba hasta tocarle los pelos de su
chorito. Con mis dedos empecé a metérselos en su chorito mientras con mi mano
me masturbaba.
– Quiero que lo
metas.
Me monto sobre
ella y con su mano me lo agarra, y lo mete en su conchita. No lo podía creer
estaba culiando, y con un poto increíble. Nuevamente y rápidamente volví a
acabar en su conchita. Me quede encima de ella agarrándole las tetas. Ella
llevo sus manos a su zorra y empezó a pajearse, conmigo encima tocándoles las
tetas. También acabo. A la tarde siguiente apenas se fue mi mamá, me fui a mi
pieza y al poco rato llega ella. Se desabrocha el delantal y empiezo a chuparle
las tetas con mi mano en su culo. Se sube el delantal, se saca los calzones y
me agarra la mano y se la mete en su concha. Luego se acuesta boca arriba, abre
sus piernas y le empiezo a culiar. Me pide que le meta un dedo en el culo, se
lo hago y empieza acabar al mismo tiempo que yo. Me acuesto a su lado, su mano
me empieza a masturbar y yo hago lo mismo con ella. La otra tarde, lo mismo, con
la diferencia que nos desnudamos completamente, me hace acostarme, ella se sube
arriba mío, pero con su cara en mi verga, dejándome toda su concha en mi cara,
la empiezo a tocar y a meterle un par de dedos mientras ella me chupa muy
suave. Sus manos en sus nalgas las abre y meto un dedo por su culo, su olor no
me desagrada, empiezo a chuparle su concha igual como había visto en las
películas, empiezo a acabar en su boca, siento como de su choro empiezan a
salir chorros que me llenan la boca de un sabor un poco amargo. Termino con
toda mi cara mojada. De ahí en adelante cada vez que yo quería, me acercaba a
ella y le pedía que me corriera una paja o que me la chupara hasta acabar en su
boca, o que se diera vuelta y me dejara metérsela. Cuando lavaba la loza, yo
podía estar largo rato metiéndole mano debajo de su delantal, metiéndole los
dedos por donde se me ocurriera. Lamentablemente no duro en mi casa mas que un
par de meses, pero desde esa vez que encontró los papeles con semen detrás de
mi cama, no paso ningún día en que no me la chupara o me corriera una paja.