martes, 12 de julio de 2011

INCESTO EN EL PARAISO

Soy viuda, y mi único hijo tiene ya más de 30 años, trabaja en otra ciudad y me visita una vez al mes, y como vivo sola... es un delicioso infierno lo que vivo durante esos días..., hemos llegado a las caricias, a la masturbación mutua... pero nunca le he dejado penetrarme, siento que ahí sí pecaríamos... Todo comenzó un madrugada, él llegó como a las 4:30 de la mañana, y un poquito bebido, aunque no ebrio. No lo sentí cuando llegó, solo desperté cuando él se metió a mi cama completamente desnudo...uff... y con su verga muy erecta, muy dura... comenzó a punzarme en mis nalgas, y pasármela por mis muslos, yo me hice la dormida aunque él me hablaba y me decía cosas eróticas para calentarme, yo sentía su miembro duro, ayy... pero no me dieron ganas de nada, así siguió como media hora hasta que me remeció para que despertara, y yo hice como que recién lo hacía, él quería penetrarme a toda costa, me levantaba mi camisola de dormir, me acariciaba mi sexo y yo trataba de impedirlo, pero no me dejaba, hasta que me tomó la mano y se la puso en su verga, ayy... él la tiene muy grande, como su padre!, al final para que me dejara tranquila comencé a masturbarlo..., lo pajié un rato corto pues como estaba muy excitado eyaculó muy rápido... uff... , por ahí quería que se lo mamara pero no quise, le dije que eso no, y ahí se calmó y me dejó hacerle la paja tranquila... después que acabó se quedó dormido de inmediato... Me había dicho que debía volver a su trabajo el día siguiente, pero postergó el viaje por unos días, me dijo que lo decidió porque me necesitaba, como madre y como mujer, que había gozado mucho cuando lo masturbé, y también que había sentido mi dulce ternura cuando dormía con su cabeza entre mis pechos… Siguió insistiendo en que tuviéramos relaciones completas y yo me negaba... aunque confieso que su acoso me tenia muy excitada, además que él se paseaba por la casa desnudo delante mío incitándome en silencio, y eso me ponía muy inquieta... ver su pene ahí... a cada rato..., y no puedo negar que me calienta verlo... ayy!, a veces me buscaba con su pene muy erecto y me pedía que se lo tocara para masturbarlo... yo con tal de dejarlo tranquilo y no insistiera más lo masturba un poco reticente... pero ansiosa, incluso en un ocasión estuve a punto de hacerle sexo oral, ay!, soy una mujer ardiente, y no he tenido un hombre en mucho tiempo... mas de cinco años!, y ver esa verga ahí, en mi mano, tan dura y grande ayy... me costaba mucho controlarme, los dos solos, durmiendo juntos... el desnudo siempre, ay..., así llegamos a un sábado en la noche, ese día él salió con los amigos todo el día y llegó a la casa después de las 12 de la noche. Yo ya estaba durmiendo cuando escuché que abría la puerta de mi pieza... No tenía ya sentido oponerme o resistirme. Pero antes de que se acostara junto a mí le dije muy seria que yo jamás dejaría que me penetrara, se quedó en silencio un minuto y me dijo que no volvería a insistir. Confieso que esa noche hicimos de todo... cumplimos nuestras fantasías como dos amantes locos de sexo... pero sin llegar a la penetración, eso él lo había aceptado o asumido, no lo sé, porque en ningún momento lo intentó, así que me entregué con toda confianza... a mis deseos locos..., a mis ansias de un macho solo para mí. Dormimos toda la noche juntos, desnudos, acariciándonos libremente... nos masturbamos mutuamente ya sin limitarnos... lo mamé mucho y él me lamió mi conchita hasta llevarme al orgasmo... ayy! A partir de esa noche casi vivíamos desnudos... dormíamos juntos, nos bañábamos juntos... fue como un sueño erótico..., hicimos cositas que yo nunca había hecho, yo le metí mi dedo en su ano y él a mí..., me sorprendió un día con un regalo; un dildo vibrador, y de a poco fue logrando metérmelo entero en mi chucha mientras él me lamía el clítoris, ayy! me hizo gritar de placer...!, todo fue una locura.... cada día gozábamos en cualquier parte de la casa... en la alfombra, en la ducha... en fin... fue como vivir en un nirvana... nada más existía, solo mi hijo y yo. Después ya estuvimos más calmados... disfrutando el que podíamos estar juntos todo el día..., hubieron días en que no hicimos nada más que conversar y dormirnos abrazados..., o a veces él me pedía que lo masturbara y nada más..., dormimos desnudos, nos acariciamos..., como una pareja normal, solo que sin penetración... a veces me nacía mamarlo y se lo hacía tranquila, sin sentirme culpable, ya no con el temor que él quisiera meter su verga... todo fue como un sueño. Ayer estuvimos todos esos días en casa, ambos desnudos... disfrutando de nuestra sexualidad... y también del cariño madre-hijo..., fue todo maravilloso. Se fue de viaje ayer, como a las 7 de la tarde pues viajaba de noche. Sé que volverá en veinte días más, sé que volveré a vivir en el paraíso.

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