sábado, 16 de julio de 2011

DESPERTANDO AL INCESTO 5


Los amantes incestuosos quedaron nuevamente rendidos en la cama pero no por mucho tiempo. (Ella se levantó para nuevamente mamar el pene semiflácido de su hijo, puso tanto empeño en su labor que en pocos minutos consiguió de nuevo una erección total, se volvió a montar en él y ahora apoyada contra su pecho se besaba ardientemente con su hijo mientras que éste aprovechaba la posición para acariciarle las nalgas que se abrían completamente en esa posición). Eran tan intensas las sensaciones que él estaba experimentando que realmente no sabía si estaba en el cielo o el infierno, lo seguro es que lo estaba disfrutando al máximo. (Las nalgas de ella chocaban una y otra vez contra el vientre del joven, y la mujer comenzaba a sentir también que algo grande se estaba acercando. Algunas contracciones en la vulva le indicaron que no iba a poder soportar por mucho tiempo y enseguida le pidió a su hijo que se viniera junto con ella). Él no necesitaba tampoco esta invitación pues el placer era tan intenso que estaba ya casi al borde de la eyaculación, unos cuantos movimientos más de su madre bastaron para lograr que sus bolas se inflamaran al máximo y un grueso y potente disparo de semen golpeó en lo más profundo de su hembra. (Tras el frenesí del orgasmo, el cuerpo de ella dejó de responder pues se encontraba completamente agotada, sin fuerza se reclinó hacia el frente y la verga salió salpicando un poco de semen). Madre e hijo se quedaron así por algunos minutos, se besaron con los labios blandos y ensalivados, felices y saciados, finalmente el frío de la noche los hizo cubrirse con las mantas. Ambos se quedaron profundamente dormidos soñando en lo que un futuro así les estaría preparando, ambos eran conscientes de que iba a ser difícil pero ambos estaban dispuestos a llegar hasta donde fuera posible.

FIN

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