...se recostó en el lecho, su verga sobresalía como un poste carnal, duro, ansioso, su glande brillaba de tenso...
- Mamiii ven, siéntate en mi verga - me ordenó.
Y yo como una perra en celo me monte sobre él y poniendo la punta de su pene en mi chucha me senté lentamente en ese palo duro... sentía como me pene-traba, como me iba abriendo el sexo con su intrusión gruesa y dura... y ahí sentada en esa picana comencé a moverme hacia arriba y hacia abajo, sintiendo en mi sexo la penetración violenta..., mientras con mi mano me tocaba el clítoris masturbándome, sentí que el orgasmo estaba cerca y le dije que se detuviera..., que yo también quería algo mas...
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