sábado, 15 de octubre de 2016

EL CULO DE MAMA


Mi madre es una mujer cuarentona, morena, cabello largo liso, lo que más me llamaba la atención de ella, eran quizás sus pechos, grandes y duros, también sus piernas y su culo, redondo y duro. Mi madre es divorciada hace 3 años, y vivimos los dos solos en apartamento. Mi relación con ella era de lo mas cordial, no como madre e hijo, sino más como dos buenos amigos, pero eso si, manteniendo las distancias y sobre todo el respeto. Estaba acostumbrado a verla semidesnuda, algo que me excitaba sobremanera. Casi siempre me masturbaba pensando en ella y siempre tomaba su ropa interior para hacerlo o en los momentos en los que ella se bañaba, pero como es la vida, un día ella me descubrió masturbándome con una braga de ella en su habitación, sin darme cuenta que ella había llegado, entró a la habitación y que gran sorpresa se dio cuando estaba con los pantalones abajo y con una braga en la mano y la otra mano en mi verga dura y roja.
En aquella ocasión me dijo: “ya eres un hombre, pero eso no te da el derecho para que hagas lo que haces o es que acaso te gusto?”. La pregunta me tomó por sorpresa y no supe que contestar. Cambié de color mi cara, se aproximó y me dio un beso, me dijo: “deberías confiar en mi, vamos no seas bobo, dímelo”. Aquel día tuvimos una charla interesante, yo reconocí que la espiaba cuando se duchaba o iba a al baño, también que me masturbaba pensando en ella, etc. Ella por su parte admitió que yo era un hombrecito y reconoció que lo que hacia era normal, pero que debía controlarlo porque ella era mi madre.
Todo cambió al mes siguiente cuando ella y su novio de 2 meses habían terminado, ella llegó llorando a mi habitación, ese día también charlamos, lo que me dejó impresionado fue que ella y ese patán nunca habían tenido sexo, que en parte me complacía mucho. Mi madre se ofreció a dormir esa noche conmigo en mi habitación, pues no quería sentirse sola esa noche. Ya cansados del día tan ajetreado, nos fuimos a la cama. Yo, me quedé en bóxer, mi madre, se puso su camisón, apagó la luz y se quitó el sujetador, acostándose a mi lado.
Sentirla junto a mí me excitaba, y no podía hacer nada, mi verga estaba erecta y dura. No quería que ella se diese cuenta, me di la vuelta dándole la espalda. Ella me dijo, por favor no me des la espalda, anda, date la vuelta y abrázame. Estaba apenadísimo por lo que me estaba pasando, ante su insistencia me di la vuelta, ella me rozó con su pierna y se dio cuenta de lo que estaba pasando. “Que pasa ya estamos otra vez, creí que el otro día había quedado claro, tienes que pensar, que soy tu madre, no una mujer cualquiera, no puedes excitarte así” me dijo. “Vamos, piensa en otra cosa e intenta dormir”. Para mi era imposible conciliar el sueño, solo con oler su cuerpo ya estaba excitado. Se dio la vuelta dándome la espalda con la intención de dormir.
Mi cama no es muy grande y fue peor el remedio, pues al sentir sus nalgas frías, me excité aún más. Ella lo notó, no dijo nada, simplemente apretó su culo contra mis piernas, sintiendo mi verga dura pegada a su culo. “Niño, piensa en otra cosa, que te van a doler los testículos, vamos no seas bobo” me dijo un poco molesta. Pero era imposible, en lo único que podía pensar era en ella, como la deseaba. Me moví dos o tres veces disimuladamente rozando mi verga contra su culo, esperando que ella se enojara aún más, pero no dijo nada. Seguí con mi movimiento, como si estuviese haciéndole el amor, apretando la polla contra sus nalgas, pero ella siguió callada, sin decir nada. Por fin me decidí a abrazarla, sintiendo sus pechos y sobre todo sus pezones erectos y duros.
Toqué suavemente su pezón con la yema de mi dedo. “Por favor niño estate quieto, que yo también soy una persona y no soy de piedra, además, mira como estas” dijo al tiempo que con su mano izquierda tocaba mi verga. “Duérmete por favor, no te da vergüenza” me dijo ya un poco más calmada Estuve rozándole el culo con mi pene bastante tiempo, ella no decía nada, pero yo si oía su respiración agitada. Era posible que la hubiese excitado. Claro que lo era, sus pezones estaban durísimos, y cuando retiré la mano de su pecho, ella me la cogió y volvió a ponerla sobre el, haciendo que le tocase el pezón. Aquello me hizo reflexionar un poco por lo tanto me aparté un poco de ella, introduje mi mano por detrás entre sus piernas. Ella al principio dio un ligero respingo, pero no dijo nada, es más, ante mi insistencia abrió ligeramente las piernas permitiendo que mi mano, a través de sus bragas, se aproximase a la vagina. Tenía las bragas mojadas, estaba súper excitada. Me retiró la mano de entre sus piernas, se dio la vuelta me dio un beso y me dijo: “por fa, ya eres un niño muy grande, ya vas para adulto, por fa compórtate”, entonces me dio un beso se levantó de mi cama y se fue a su habitación.
Al día siguiente me levanté para ir a estudiar, cuando lo único que miré fue que el desayuno estaba en la mesa y nada más, mi mamá se había ido a trabajar, durante toda la mañana estuve pensando en ella y en lo que había pasado y me sentía muy apenado, en todo el día no fui a mi casa, sino hasta la hora de la cena, como eso de las 8 de la noche, como era habitual, cenamos, aunque en toda la cena nunca la miré a la cara, es que ni siquiera hablamos, luego yo pasé a la ducha. Cuando terminé, fui a mi habitación y me puse un pantalón corto de pijama. Mi madre me precedió en la ducha. Ese día no intenté verla, estaba avergonzado por lo que había sucedido la noche anterior. Estuvo más tiempo de lo habitual en el baño, por fin salió envuelta en una toalla y entró en su habitación. Yo me estiré en el sofá para ver la tv. Cuando ella entró en el salón, no daba crédito a mis ojos, allí estaba con un vestido que tenia un gran escote y le llegaba hasta el vientre, le dejaba ver su ombligo, y además era muy corto que solo con agacharse se le notaria todo, además se le alcanzaba a percibir un tanga muy excitante.
Era increíble. No podía articular palabra. Me limité a mirarla. Mi polla estaba a punto de reventar. Ella me miró, se aproximó a mi y me dijo: “no era esto lo que querías, pues aquí me tienes. Te gustó”. No sabia que decir, afirmé con la cabeza sin apartar la mirada de sus pechos y sus piernas. Se sentó junto a mi en el sofá y me abrazó, comenzó por besarme suavemente en los labios. “Tengo que enseñarte a besar, a ver si aprendes” me dijo, al mismo tiempo que me besaba, con su mano derecha cogió mi pene erecto y duro como una piedra. “Vamos a mi cama, estaremos más cómodos” me dijo mientras me tomaba de la mano. Una vez en la cama, me quitó el pantalón del pijama dejando mi verga erecta al aire, no lo dudó un segundo, la acarició con sus dedos, entreteniéndose especialmente en el glande. “Tienes una buena polla, el capullo es enorme, te la voy a comer bien, pero ten cuidado de no correrte en mi boca, necesito tu leche en otro sitio” me dijo sonriendo y con cara de puta. Yo alucinaba, estaba a punto de reventar. Cuando apretó el capullo con sus labios estuve a punto de correrme en su boca, pero ella lo impidió. Aquello era alucinante, me sentía en la gloria. Mientras ella se comía mi polla, Ella se fue alzando el vestido dejando ver sus bragas que eran comidas por esas enormes nalgas, soltó mi verga y se acomodó su braga hacia un lado, luego abrió sus piernas, al tiempo que me hacia subir acoplándome entre sus piernas. Cogió mi polla con su mano y la aproximó a su vagina, pasándose el capullo por su clítoris que ya estaba muy abultado.
Tenía un coño bonito, con poco vello y de color rubio. La piel de todo su cuerpo era muy suave y especialmente la de sus piernas. Así permaneció un rato. Yo estaba excitado en extremo, deseaba meterle mi polla, pero ella no lo permitía, siguió masajeando su clítoris hasta que tuvo un orgasmo. Sentía como le corría su flujo por mi polla, estaba encharcada. “Cariño, mira como has puesto mi coñito de mojado. Ahora méteme tu pollón, pero con suavidad, no me hagas daño” me dijo con voz entrecortada de la excitación. Con su mano colocó mi capullo en la entrada de su coño, apreté suavemente. El estar tan lubricada permitió que el capullo entrase con suavidad en aquella estrecha cavidad. Fui apretando lentamente hasta que tuvo toda la polla en su interior. Comencé a bombear en principio con suavidad. Ella gemía, de placer, me besaba el cuello y la boca mordiendo mis labios y apretando mi espalda. “Así amor, así, muévete un poquito más rápido. Ahh como me gusta. Me voy a correr. Siento tu chipote como llena mi coño. Muévete por favor. Me corro” me decía gritando de placer. El orgasmo fue inmediato. Los dos nos corrimos al mismo tiempo. Descargué toda mi leche en el interior de su coño. Mientras me corría dejé de moverme, pero ella cruzó sus piernas a mi espalda y apretó con fuerza su coño contra mi polla, consiguiendo una penetración profunda. “Para cariño para que me matas. Me haces daño con tu polla. Me siento llena”. Fue en ese instante en el que asustado le pregunté: “mamá te lo eché dentro, que tal si quedas embarazada”, ella sonriente me dijo: “tranqui pequeño, yo me cuido, además me operé para que no pudiera tener mas hijos tan morbosos como tú, además al único que quiero es a ti”, eso me excito aún más.
Estuvimos abrazados por un buen tiempo me preguntó: “te gusta como estoy”, yo en mi excitación y mirando como ese vestido negro lo tenia en sus caderas, y esa braga hacia un lado me excité de nuevo. “Claro mamá que me gustas, mira como se pone mi polla cuando te miro” le respondí inmediatamente. Le dije que se tendiera en la cama y comencé a besarle por todo el cuerpo. Ella estaba tan excitada como yo. Cuando llegué pasándole mi lengua a la altura de su ombligo, jadeaba y se movía, tal era su excitación. Separé sus piernas y comencé a comerme su coño. “Déjame, vamos a hacer un 69” me dijo. Me di la vuelta y metí mi polla en su boca. Comí despacio con suavidad su rajita de color rosado, introduciendo mi lengua en ella. Al momento explotó, tuvo un orgasmo descomunal. Su flujo vaginal caía sobre mi lengua. Limpié bien su vagina haciéndola correrse por segunda vez. Me aparté y la abracé. “Déjame que te la chupe, quiero que te corras en mi boca, me voy acomer toda tu leche” me dijo, pero le dije inmediatamente: “no, déjame, quiero correrme en tu culo” y ella me contestó un poco alterada: “estas loco, como vas a meterme esa verga tan grande en el culo, es imposible, no entrara, y además me vas a hacer mucho daño”. Ante mi insistencia, y a base de pasar mis dedos por su coño y su culo, accedió a que la penetrase por detrás.
De la mesilla cogió un bote de crema, se dio con ella en el ano y a mí en el glande, mojándome bien con ella toda la polla. Se puso en la posición del perrito y separó sus nalgas mostrándome su agujerito de color marrón. “Ponme crema en el culo, por favor y además suavízamelo un poco con tus dedos, sino, no conseguirás meterme todo eso” me dijo un poco preocupada. Estuve un rato introduciéndole un dedo con crema, unté un poco mi glande lo apoyé en su agujero. Apreté un poquito, tímidamente se abrió y penetró un poco la punta, pero comenzó a quejarse que le dolía, por lo que lo retiré y le di más crema. Así estuve bastante rato, hasta que conseguí introducir mi capullo. Ella se quejó un poco, pero yo me paré hasta que el estrecho orificio se acostumbró a lo que tenía dentro. Con suavidad, paciencia y vaselina conseguí penetrarla, llegando a introducir mi polla entera.
Ella gemía y se quejaba de dolor, pero cuando hube bombeado 8 o 10 veces su culo, los grititos de dolor cambiaron a: “así, así, fóllame bien. Me gusta tu polla, siento mi culo lleno de ti, cógeme el coño, me duele pero me gustaaaaa!”, luego gritaba que se iba a correr. Inmediatamente me corrí en su culo, llenándolo de leche, ella estiró sus piernas y me quedé acoplado hasta que mi polla, debido a la flaccidez, salió del estrecho conducto de su culo, que en aquel momento había dejado de ser virgen y estaba bastante abierto. Después de un buen tiempo, ella empezó a comer de nuevo mi verga hasta tal punto que estaba tan gorda y gruesa, de repente se subió encima de mÍ y empezó a cabalgar, lo hacia tan rápido que yo bombeaba con satisfacción y muy rápido también, mientras cabalgaba encima mío, yo le besaba y mordisqueaba sus pezones que estaban tan erectos y duros como una piedra, además nos dábamos besos apasionados, solo lengua, que la saliva salía y llegaba a sus senos y yo volvía y la lamía. Ella gritaba de emoción: “así, así hijo, complace a tu madre, llena el lugar por donde saliste, así, asiiii”. De pronto dejó de moverse y se paró, me preocupé y le pregunté que pasaba, ella lo único que hizo fue darse la vuelta y empezar a meter mi verga por su culo, mi verga dura y gorda empezaba a entrar con más facilidad que antes debido a todos esos jugos que mi madre soltaba cuando estábamos, cuando entró por completo mi verga en ese culo rosa, fue entonces que se empezó a mover más y más rápido, le gustaba que le metiera mi pollón por ese culo tan estrecho y húmedo, intentaba mordisquear sus tetas, ella lo único que me decía:” rompeme el culo, parteme en dos, toca mi clítoris con tus manos sudorosas”, yo emocionado lo hacia hasta el punto en que ella lo empezó a hacer por si misma, gemía como puta, hasta que no aguantó más y se vino, eso fue lo más espectacular, cuando se vino parecía una llave de agua, fue uno de los mejores orgasmos que había tenido en su vida y por supuesto conmigo. A los pocos minutos fui yo el que me vine en su culo, llené como nunca ese agujero tan delicioso. de repente se paró y empezó a comer mi verga, la comió tan bien que no dejó ni una sola gota de leche en ella y lo único que dijo al terminar fue: “Gracias cariño, eres lo mejor, me alegro de ser tu madre”, después de eso charlamos un poco y concluimos que ya no era necesario que me masturbara, que solo pensara que ella iba a estar ahí cuando la necesitara, y desde ese día cuando quiero una chica, mi buena madre y su buen culo esta, por cierto ahora cuando lo hacemos, siempre le gusta que le empiece rompiendo ese culo tan maravilloso.

AL SALIR DEL BAÑO


La relación con mi mamá es muy cercana, cariñosa y de mucha confianza ella siempre me ve desnudo pero yo no a ella aunque cuando era mas chico nos bañábamos juntos pero ya ni me acuerdo de eso. Lo que les voy a contar esta sucediendo en estos días. Estando solo con mamá me ha dado por espiarla cuando se ducha o cuando esta vistiéndose la verdad es que no he podido ver mucho solo cuando mamá anda en casa con ropa interior lo que me bastado para masturbarme pensando en su culo muy bien formado y sus enormes tetas. Pero lo que pasó este domingo rompió la monotonía. Yo estaba durmiendo cuando sentí unos gritos de mamá llamándome desde el baño. Me dice que le traiga la toalla, el solo ello de saber que tendría a mamá desnuda tan cerca me provocó que se me empinara el palo automáticamente. Entré al baño tratando de disimular mi erección. Le digo a mamá… aquí está la toalla y mamá abre la cortina… quedé helado por fin tenia mamá completamente desnuda frente a mis ojos aunque sólo por unos segundos iba saliendo del baño y mamá… me pide que traiga la crema para el cuerpo de está en su dormitorio, llego con la crema y mamá se estaba secando de espalda a la puerta con lo que pude apreciar con calma su culo enorme… se da cuenta que llegué con la crema… y se pone la tolla en la cintura y me pide la crema… al mirarme se da cuenta de la tremenda erección que a esa altura era imposible disimular… y me pregunta qué te pasa… nada por qué… mira como tienes el pene… ah es que tengo ganas de hacer pichi… bueno no te aguantes más y hace... me dio mucha vergüenza porque aunque no era primera vez que me veía meando nunca me había visto con tamaña erección… mientras trataba de hacer pis mamá se sacó la toalla y empezó esparcirse la crema por todo el cuerpo, yo la miraba por el espejo como pasaba su mano por su bello cuerpo terminó de hacerlo y al ver que yo todavía nos lograba hacer pis... mamá saliendo del baño me dice… te voy a dejar solo para que puedas desahogarte, sonríe y se va del baño… Yo no sé si es normal lo que estoy sintiendo, seguramente no, pero no puedo evitar calentarme con mamá. Por otra parte no sé por qué mamá hizo lo de hoy, seguramente fue sin querer.