sábado, 13 de agosto de 2011

VIOLACION INCESTUOSA CONSENTIDA

Esa tarde estaba sola en casa, mi hijo, un muchachón alto y fornido de 23 años, había salido de farra la noche anterior y aun no regresaba, así que aproveché y me fui a mi dormitorio, me tiré encima del lecho y subí mi vestido para refrescarme, tomaría una siesta tranquila tal como lo hacia cada semana desde que me divorcié hacia cinco años. De pronto se abre la puerta y entra mi hijo y se me queda viendo con una extraña mirada, yo tirada en su cama con el vestido levantado, mostrando mis bragas… fueron segundos, que se me hicieron eternos, mi hijo no decía nada solo me veía con cara de incrédulo, hasta que se abalanza hacia mí, besando mis mejillas y mi cuello, huelo de inmediato el olor a licor, me doy cuenta de que esta ebrio, pero algo dentro de mis instintos más primitivos me impide detenerlo, yo lo abrazo, recorriendo mis manos por su espalda y parte de su cintura sin atreverme a tocarle su trasero, él con su mano derecha me acariciaba el pelo, la cara y el seno izquierdo y le daba pequeños mordiscos a mi pezón, a través del vestido sin sostén. Su mano sigue recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi trasero para apretarlo y sobarlo, de un tirón me baja mis bragas a las rodillas, mis manos buscan vivamente su miembro, le abro el cinturón y desabotonó su pantalón, meto la mano y toco por primera vez el pene de mi propio hijo, un trozo de carne que siento en mis manos como empieza a crecer y ponerse duro, siento temor, pero a la vez gran excitación por tocarlo. Sigo explorando y siento su pubis, al igual que sus testículos, en eso mi hijo se incorpora se quita su camisa y el pantalón y al bajarse su bóxer me deja ver su verga bien parada con venas que parece que se reventaran, me quedo atónita al ver el tamaño de su miembro, siento miedo al ver lo que me provocaría meterme semejante miembro en mi vagina tantos años sin ser penetrada… Siento temor al daño que me provoque… Totalmente desnudos me acaricia mi cuerpo y con su pene me rozaba la entrada de mi vagina, sus besos sobre mi busto, mi boca, mi cuello y mis orejas me hacían sentir súper excitada, mi vulva estaba ya muy mojada y me abre de piernas, hasta que siento como la cabeza de su pene penetraba poco a poco, con mis piernas abiertas como compás sentía que aquel extraño cuerpo me rompía mis entrañas, sintiendo un ardor mezclado con una rica sensación, mi corazón parecía salirse de mi cuerpo, cada centímetro que se me introducía me daba la sensación que me partía en dos, mis paredes vaginales sentían el latir de su rica verga, sentía desmayar, sentía que la temperatura en mi cara me quemaba… Sacaba unos cuantos centímetros, para volver lentamente a meter aquello y despacito se iba alojando en mi adolorida vagina… Con sus labios y lengua me elevaba mi temperatura con un largo beso, que casi me asfixia de placer, mientras inmóviles nos consumían los minutos… Mi hijo empieza a dar movimientos de cintura, lentamente siento como entra y sale aquel trozo de carne de mi vagina, los movimientos son cadenciosos, con ritmo semilento y muy placenteros, el ardor se iba olvidando y hago movimientos para que me entre todo ese falo endurecido, subo mis piernas a su cintura para sentir mejor la penetración, él entra y sale constante, hace que sienta una gran sensación de felicidad, que mis quejidos los aumente de volumen, me besa para evitar que grite, cuando de repente lanzo un grito descontrolada. Este es mi primer orgasmo con una verga adentro de mí, en años, es una sensación jamás experimentada en mis masturbaciones… Por todo mi cuerpo recorren impulsos eléctricos que llenan de una gran energía cada porción de músculo, endureciéndose todo. Las manos de mi hijo apretaban con fuerza mi busto izquierdo que tenia una dureza inusual, mientras gritaba chupaba y mamaba su lengua, desde mi concha, un largo cosquilleo recorría mi estomago la temperatura en mis mejillas quemaba y mi cuerpo se aflojaba totalmente. Y al llegar mi rendición y entrega me viene un relax delicioso, siento mi cuerpo flotar en el espacio. Desquiciada casi me como su lengua, el hace un gran esfuerzo para arquearse y mamarme mis tetas. Sin sacar su rica verga de mis entrañas se pone boca arriba, yo encima de él y suavemente me dobla mis piernas para tomar la posición de cabalgar y siento que se me sale la verga por la garganta, le digo que siento cierto dolor y me dice que yo decido que tanto penetre… Con los movimientos clásicos del caballito de sube y baja, con mucho cuidado trato de no clavarme toda su verga para no sentir ese dolorcito… Con mi mano tomando su pene erecto, controlo la cantidad de verga a penetrarme, mientras él me chupa mis pezones y su mano se dirige a mi clítoris, mientras yo sigo sube y baja… Me excito tanto que retiro mi mano, sin que me importe lastimarme y con cierta fuerza y violencia sigo sube y baja, sentía toda la onda expansiva que su verga hacia dentro de mi conchita, y aun con gran placer causado me aterraba mas su rica verga… Su mano sigue sobando mi clítoris con la misma fuerza que yo aplico de enterrar y sacar de mi conchita la cada vez más dura verga. Hasta que otro grito sale de lo más profundo de mi garganta… Tan perdida me puse con este segundo orgasmo que mis manos rasguñaban el pecho de mi hijo, dejando largas marcas. Mi hijo estaba tan excitado que no reparo en ese momento la señal que le dejaba… Me acosté sobre su pecho muy agotada y aun ensartada por aquella verga endurecida, él, en medio de su borrachera comprendió mi cansancio, y nos quedamos varios minutos en pausa, yo estaba muy cansada y con las piernas acalambradas, duramos unos 10 o 15 minutos en total descanso, pero yo seguía sintiendo la dura verga dentro de mi vagina. Casi en un susurro me pregunta si quería continuar… Yo estaba ya sin fuerzas para seguirle pero deseaba que llegara a su clímax. Le dije que le diéramos hasta que él llegara a consumirse… Se levanta de la cama, cargándome porque su verga dentro de mí no mostraba cansancio. Desde que me la clavó, hasta esta nueva posición, la verga de mi hijo siempre estuvo dentro de mí, sin salirse para nada. Parado, me carga como si fuera una niña, con sus manos tomando mi trasero, empezó hacer movimientos de arriba abajo, en esos momentos solo me motivaba hacerlo que se viniera, solo quería que disfrutara de mí, de su madre, mientras su verga entraba y salía de mi conchita… Durante dos o tres minutos mi hijo se empieza a poner rígido y jadeante y con voz entrecortada me dice que me mueva solita que estaba a punto de "venirse", subo y bajo como loca, sin saber que iba a recibir dentro de mí. Siento como se infla la cabeza de su verga dentro de mi vagina y expulsa un torrente de liquido candente dentro de mi vulva, lo caliente de los chorros que entraban en mis entrañas y las vibraciones de su cuerpo y como respiraba, eso me empezó a excitar de nuevo, él seguía moviéndome como loco hacia arriba y abajo con violencia… Sentía como salía de mi vagina ese liquido ardiente, los movimientos se fueron haciendo cada vez mas lentos, la verga ya no la sentía tan dura, pero seguía entrando y saliendo de mi vagina ya hinchada, mi excitación también se fue apagando al bajarme de los brazos y mi amado hijo se sentó en la cama para decirme "Estuviste maravillosa, fue largo y delicioso". Le sonreí feliz de haberle dado ese placer a mi propio hijo. Después de una pausa entramos los dos a la regadera a lavarnos, ya limpiecita me siento en el wc para hacer pipi, y veo a mi hijo secarse su flácida verga y le pido que se acerque para conocer el miembro viril que hizo renacer totalmente mi sexualidad. Tomándola entre mis manos, la acaricio y le doy un beso de piquito, y siento entre mis manos una reacción, lentamente crece de tamaño y se hace gruesa, no esta muy dura, pero empiezo a jugar sacudiéndola, poco a poco va tomando tamaño y dureza. Me dice que se la mame, como si fuera una paleta o un chupón, pero siento asco de saber que estuvo dentro de mi concha y le digo que no, pero su verga había multiplicado su tamaño y grosor, le hago movimientos de hacerle una paja y se pone gruesa y muy dura, pero con su piel suavecita… lo masturbo con fuerza y me dice que le moje la cabeza de su verga y saco mi lengua para que choque con ella, segundos después mi hijo empieza a bufar de placer, me pide que no pare, yo sigo haciéndole la paja con mayor fuerza y dirijo su verga a mis senos y después lanza dos pequeños chorros de semen, un tercero y un cuarto se me quedan entre mis manos, veo como su cuerpo se tensa mostrando todos los músculos de su cuerpo… Pasado todos los estertores de placer, mi hijo se inca frente a mi y me abre las piernas, mostrándole mi vagina hinchada y adolorida de tanta fricción, me peina con sus dedos el vello enmarañado del pubis y con sus dedos abre los labios vaginales y acerca su cara para besarme mi concha, trato de cerrar las piernas y le digo "No, eso No". Entonces me toco con suavidad mis mordisqueados senos y me chupa un pezón con tanta delicadeza y suavidad, como diciendo "esto haré con tu chuchita"… Sus dedos no dejaban de hurgar en mi concha, mi respiración se agitaba y la temperatura de mi vagina, aumentaba… Me dejo llevar por sus caprichos… Dejo que me abra las piernas y recibo besos en la entrepierna, seguido de unos chupetes de un lado a otro y siento como me hierve la sangre y me pasa su lengua justo en mi clítoris, siento un pequeño ardor de mi adolorida pero deseosa concha… Sentí con su lengua como si me dieran pequeños toques eléctricos que recorrían toda mi piel, poniéndose "chinita", después de estar dando tremendas mamadas a mi concha y yo a punto de volverme loca de placer por lo que me hacia, sus manos soban mis pechos lubricados por el semen salpicado hace minutos…Me arqueo, levantando mi trasero para ofrecerle todo el manjar de mi vagina y como víbora metía y sacaba su lengua, sorbía y mordía con sus labios mi endurecido clítoris, sentía que perdía todas mis fuerzas y lo tomo de los cabellos y acelero las ganas que me coma mi concha…. Lanzo un grito desgarrador acompañado de unas gotas de orina, que al darse cuenta mi hijo, me inserta dos de sus dedos y con el pulgar produce pequeños roces en mi clítoris. Me besaba en la boca y me decía "Suéltate no te resistas"…. Y suelto el cuerpo y un chorro de orina acompañado del mas largo orgasmo que he tenido en mi vida. Durante largos segundos mi cuerpo tiembla llevando todas las sensaciones a cada rincón de el, al mismo tiempo que lanzo chijetes de orina intermitentes, dejo de pasarle la lengua a mi hijo después de un desenfrenado beso, ya que me quedaba sin respiración, mis piernas estaban acalambradas, mi cuerpo carecía de fuerza, por el tercer orgasmo que tengo en esa hora y media. Fueron tres orgasmos que experimenté con diferentes intensidades de reacciones corporales, que bien valieron la pena cambiarlos por mi incestuoso pecado… A una semana de vivir esta experiencia, y a pesar de los tres días que dure con dolores vaginales y musculares, deseo con todas mis ansias volver a vivirla. Al otro día no tocamos el tema de lo sucedido, y tampoco después. No sé si mi hijo se arrepintió de lo que hicimos, o no quiere volver a poseerme o su ebriedad borro de su memoria lo que vivió con su madre.



1 comentario:

  1. mmmm ese relato me dejo con la verga bien parada cuanto me gustaria cojerte asi cariño

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