domingo, 28 de agosto de 2011

LA SEÑORA

Despertó a mitad de la noche, sudando y respirando agitadamente debido a lo que ella consideró una pesadilla: se veía violentada y abusada por él, ella trataba de escapar de los fuertes brazos del joven negro pero no lo lograba, sentía las manos de este en su sexo, y una de sus piernas entre las suyas intentando hacer palanca para abrirlas, en medio de esa lucha fue que se despertó estremecida por esas visiones. No pudo volver a dormir, la madrugada la encontró dándose vueltas en el lecho tratando de olvidar esa piel oscura, esa mano hurgando en su pubis, esa pierna abriendo las suyas para penetrarla, lo imaginaba en la pieza del lado, durmiendo desnudo, sí, se lo imaginaba desnudo, eso era algo que no podía entender, hasta rezó pidiendo el olvido de esas visiones inquietantes. Se levantó muy temprano y se metió en la ducha, dejo correr el agua muy fría sobre su cuerpo y se estremeció, primero de frío y después de una extraña sensación física cuando paso su mano con el jabón por su pubis y su sexo. Estaba en eso cuando alguien abrió la puerta del baño. Nunca ponían el cerrojo, pues si la puerta estaba cerrada era porque había alguien adentro, además, en la familia, cuando alguien estaba duchándose igual los demás podían entrar a usar el lavamanos o el retrete. Olió ese aroma penetrante como a coco con flores y supo que era él. Entró y al escuchar el agua caer y ver la cortina de la ducha corrida, dijo con total naturalidad “Soy yo, orino y salgo al tiro”. Ella no supo que decir, la cortina de baño era de un plástico grueso, y no era transparente, así que después de unos segundos contestó “Hola, esta bien, entiendo”. “Bien día señora”, respondió el joven. Y ella pudo escuchar por sobre el ruido de la ducha un grueso chorro de orina cayendo en el agua de la taza. En esos momentos algo pasó por su mente, como un relámpago instantáneo, y sin pensar lo que hacía corrió un centímetro la cortina hacía el lado donde estaba el inodoro, y asomo sigilosamente un solo ojo, y lo vio, vio el pene de él orinando, era una verga impresionante, aun para ella que solo había visto el pene de su esposo. Debía medir unos quince centímetros así fláccido, y colgaba en un grueso arco por entre los dedos del negro. Era de color café, incluso algo más oscuro que la piel del joven, y el glande que se asomaba casi entero tenia un color rosado muy oscuro y opaco. Miró como hipnotizada esa verga tan distinta en color y sobretodo en tamaño a la de su marido, y olió extasiada el perfume de la orina de macho, de súbito se dio cuenta de lo que hacia y cerró bruscamente la hendija de la cortina, y cerrando los ojos dejo que el agua fría se llevara esa imagen de su mente. Escuchó cuando él muchachón salió cerrando la puerta del bañó, salio de la ducha, corrió el pestillo, y sin saber porque se puso a llorar sentada en el borde la tina. Se sentía pecadora, sucia, al ver el miembro de otro hombre, que no era su marido, rezo nuevamente así desnuda como estaba. Ella, ya un mujer de 55años, nunca había hecho el amor con su marido desnuda, lo encontraba inmoral y ella era muy recatada, por eso se encontraba sucia, porque ella misma había corrido la cortina y había mirado el pene del negro que llegó a desordenarle la vida, había soñado con él, desnudo y violentándola, y todo eso le provocaba ahora un pecaminoso cosquilleo en su sexo. Todos se fueron a sus quehaceres, menos el negro y ella, que era la dueña de casa. Estaba nerviosa, al quedarse sola con ese mozalbete, estaba incomoda e inquieta. A media tarde se recostó a dormir una siesta, pero despertó convulsionada, volvió a soñar con él, esta vez el joven dormía desnudo, con su verga erecta, eran más de veinte centímetros de pene, era una verga impresionante, despertó llorando, sofocada, pidiéndole perdón a Dios y rezándole a la imagen de la virgen Maria de su dormitorio. Se levanto, quería ir al baño, volver a ducharse, al salir de su dormitorio vio que la puerta de la pieza de al lado, donde dormía el negro, estaba abierta, se asomó, él dormía, igual que en el sueño, encima de la cama desnudo, con su verga dura, como si el sueño fuera premonitorio, su verga debía medir veinticinco centímetros, otra vez sin pensar entró silenciosa, sabia que era pecado, pero algo la llevaba donde ese negro, se acercó y tímidamente tocó el glande con un dedo y él saltó en medio del sueño, miraba la verga, un poco asustada de que el joven despertara y la sorprendiera, volvió a tocar la verga esta vez un rato mas largo, los testículos eran gigantes, como de toro, le extraño sentir como sus pezones se erectaban, se sentían sucia, pero no podía dejar de ver y tocar esa enorme verga oscura. De pronto le entró un pánico que la hizo temblar de pies a cabeza, se dio cuenta de lo que hacía, del riesgo que estaba corriendo si él despertaba, y rápidamente salió de la pieza y se devolvió a su dormitorio, cerró la puerta y se puso a llorar, de vergüenza y de también miedo por el peligro que había corrido en su locura. Se sintió mareada, asorochada, y se tendió en su cama, pero siempre pensando en el negro, jugando a pensar en la forma de seducirlo, se sabía gorda, con tetas grandes y caídas, pero pensaba que todo hombre sueña con hacerle el amor a una mujer madura y si esta estaba insatisfecha mucho mejor, mas aun si era un negro con un pene de esas dimensiones, de solo pensar en eso sentía como latía y se humedecía su sexo. Luego de un rato en que recupero la razón, aunque igual sentía latir su corazón aceleradamente, repasó en su mente lo que había hecho y sus mejillas se ruborizaron, se sentía avergonzada, vulgar, sucia, pero también excitada. Volvía a ver en su mente otra vez ese miembro erecto, potente, erguido como un mástil orgulloso, veía su piel oscura, el glande violáceo, brillante por la intensa erección, volvía a sentir en sus dedos pecadores la sensación del tacto de la verga, esa mezcla de dureza y suavidad a la vez. Quiso imaginar como sería tomarlo con toda la mano, sentir esa musculatura vertical latiendo como un animal vivo y penetrante. Y más aun, sentir esa verga portentosa hundiéndose en su sexo, abriendo su vagina como en una nueva desfloración, pero esta vez con dolor y placer, y sintió que su vulva se apretaba ante esa imagen voluptuosa, y su mano se movió hacia su pubis como si fuera independiente de su voluntad, y su dedo tocó su clítoris y lo encontró erguido, sensible, y suavemente inicio un masaje en breves círculos y contuvo un quejido de placer, y cerró los ojos y se dejó llevar por sus deseos contenidos de muchos años, y su dedo siguió masturbándola mas rápido, después frenéticamente, violentamente, y de pronto sintió que su cuerpo entero se estremecía, sintió que se hundía en un abismo sin fondo, sintió el sudor en su frente y sus fluidos vaginales escurriendo de su vulva, y sintió el orgasmo inminente y gritó, y entonces le vino el orgasmo como un temblor que la quebraba en pedazos y un fuego que ardía dentro y fuera de ella y la quemaba hasta las cenizas y volvió a gritar mientras se retorcía de un placer desconocido e intenso, y después de unos instantes de goce supremo, se quedó quieta, detenida en el tiempo, como dormida, hasta que fue recobrando la respiración y la calma, y mientras salía de ese túnel voluptuoso pensó en el negro y en su verga erecta y solo recién vino a darse cuenta de que él se había hecho el dormido cuando ella lo tocó, y en vez de avergonzarse sonrió, y en ese momento supo que esa locura no se detendría hasta que ella, la muy dama y señora sedujera a ese negro vergón y se entregara a esos deseos sucios y depravados, supo que era esa la única salida a la trampa sexual donde estaba atrapada. Supo que todo de ahora en adelante sería inevitable.



4 comentarios:

  1. Me gustaria enviaros un autentico relato.

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  2. Valla por delante que estoy en contra de la pedofilia y sobre todo en particular con el estupro digo esto porque se ha escrito y dicho el abuso de menores. Tengo un concepto diferente (no normal) de entender los comportamientos sexuales de los seres humanos, considero que todas las formas de sexo son licitas siempre que NO sean bajo presión o engaño, que se utilicen a los pequeños o mayores careciendo medios de vida suficientes. Pero es muy fácil opinar desde la comodidad o desde cierta moral hipocresía del ser humano y en mi opinión sin querer ofender a nadie difiero mucho de lo leído. Existen conductas sexuales minoritarias que son aceptadas por “su sociedad” y repudiadas por la mayoría pero eso no quiere decir que sean repudiables. En ciertas sociedades practican sexo con los hijos (no hijas) con el único sentimiento de gozar, de tener gusto, satisfacción carnal y de camino de enseñarles las prácticas sexuales y regocijase mutuamente, sin falso pudor solo con sus sentimientos libres. En África yo he visto un reportaje televisivo en el que los adolescentes masculinos al pasar de la adolescencia a la pubertad se retiran a un lugar de la selva y tienen sexo con los padres y tíos mayores donde los masturban y les hacen felaciones, hablando claro que se la menean y se la chupan tragándose la corrida.
    Otro ejemplo he visto como una madre en la Amazonia masturbaba a un hijo pequeño hasta que se la ponía dura y luego lo montaba encima de ella para que se la follara.
    Sin por ello llegar al abuso de menores. Indudablemente la sexualidad es mucho más compleja y diversa de lo que los seres humanos somos capaces de imaginar.
    Seguir con salud josejimenes73@gmail.com.

    Me gustaría saber vuestra opinión sobre el particular.

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  3. MIS MEJORES EXPERIENCIAS FUERON SIEMPRE CON MUJRES MADURAS. ES DELICIOS SENTIR LO MORBOSAS Y DESESOSA QUE SE PONEN CUANDO SEINTEN MUCHOS OGRASMO UMM CLAVARME CHUPARLAS UF!! QUE CAELINTE ME DEJAS CON TUS HITORIAS.. TE DESEO!!

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