domingo, 1 de julio de 2012

INDECISA


Soy viuda de 62 años, y hasta hace unos meses viví con mi hijo divorciado, que ya tiene ya más de 30 años, él trabaja en otra ciudad y me visitaba en sus días de descanso. En la práctica vivía muy sola y eso me estaba afectando física y sicológicamente. Durante las vacaciones pasadas conversamos mucho con mi hijo, tranquilos y con toda confianza, y él me aconsejó que lo mejor para mi era buscar a alguien para no vivir sola, pues él se iría de casa porque también necesita una pareja para rehacer su vida, cuento corto; inicie una relación con un antiguo amigo de mi familia, también viudo, mas de 10 años mayor que yo, tiene 73 años, se llama Rubén y siempre me miraba desde jovencita, y varias veces intentó seducirme, incluso cuando yo estaba casada y él también. Después cuando quedé viuda él apareció por acá durante un tiempo y volvió a intentar algo conmigo. Pero yo le dije que pensaba vivir sola el resto de mi vida. Así que ahora lo busqué y comenzamos un idilio que nos llevó a que se viniera a vivir conmigo. Nos llevamos muy bien, él es muy tranquilo y simpático, sexualmente eso sí le cuesta mucho la erección a pesar de que toma Viagra, pero yo lo comprendo y lo ayudo..., el único defecto que tiene es que es muy pero muy celoso, me acompaña hasta cuando voy a comprar. Como es jubilado esta siempre en la casa. Esta falta de libertad a veces me hace sentir algo arrepentida de haber aceptado esta relación, además de lo sexual, ya que por su edad ya no puede darme todo lo necesito y siempre me deja con ganas, lo hacemos una vez a la semana y nada más aunque yo trato de excitarlo... ya le cuesta mucho que se le erecte aunque tome Viagra. Pues bien, resulta que el viernes antepasado en la tarde llegó mi hijo, venía con sus siete días de descanso, y como celebramos el cumpleaños de Rubén, esa noche se quedó a dormir acá en su dormitorio. Bueno, esa noche Rubén había tomado varios tragos y estaba caliente, así que comenzamos a culpar, estábamos solo la luz de la tv, y cuando yo estaba acostada desnuda encima de la cama y Rubén me estaba haciendo sexo oral sentí un leve ruido y miré hacia la puerta que queda frente a la cama y vi que se abría un poco muy despacio, me di cuenta de inmediato que era mi hijo que nos espiaba, eso me calentó mucho por supuesto, y culié con mi pareja muy caliente, hasta que lo hice acabara mamándole la verga porque no se le erectó lo bastante para penetrarme, igual él me hizo acabar masturbándome con su dedo en mi clítoris. El otro día mi hijo dijo que se iba a quedar más días en casa porque en el departamento se sentía muy solo. Yo no le dije nada de que nos había espiado, y pensé que se quedaba acá para seguir haciéndolo. Ese día en la noche le dije a Rubén que había quedado caliente de la noche anterior y que necesitaba sexo, y dejé sin que se diera cuenta un poquito entreabierta la puerta del dormitorio, pero muy poco para darme cuenta si mi hijo la abría para espiarnos, y también dejé encendida la luz de la mesita de noche. Tal como pensé, al poco rato la puerta se abrió un tanto más. Yo culié muy caliente otra vez, y poniéndome en poses de manera que mi hijo viera muy bien como culiaba su madre. El domingo salimos los tres a comer afuera y lo pasamos muy bien. Noté que mi hijo y Rubén se llevaban muy bien, incluso se echaban bromas en doble sentido, y eso me encantó. Volvimos a casa como a las cuatro de la tarde, y como yo venía algo mareada por el vino que había bebido, me fui a dormir una siesta, y ellos se quedaron en al sala conversando. Yo había dormido una media hora solamente cuando se puso a llover muy fuerte y me desperté por el ruido de la lluvia en el bacón pues había una ventana abierta, me levanté a cerrarla y después me dieron ganas de orinar, así me dirigí al baño. Al pasar por la puerta del dormitorio de mi hijo escuché voces, como vi la puerta entreabierta me iba a asomé para ver que hacía ahí los dos, lo primero que pensé es que estaban viendo algún video, quizás porno, como estaba la puerta algo abierta miré antes de abrirla y ahí casi me desmayo con lo que vi. Ay niño mío, mi hijo estaba sentado en su cama, con la bragueta abierta y con toda su verga erecta afuera, y Rubén hincado ante él se la tenía tomada con una mano mientras se la lamía y le chupaba el glande…!, mi hijo tenía los ojos cerrados y se quejaba de gusto despacito. Me quedé paralizada sin saber que hacer, si irme a mi dormitorio sin más, quedarme espiándolos y gozar lo que veía, o entrar; para participar en un trío familiar o para decirle que eran unos degenerados que abusaban de mi confianza y enojarme con ambos. Lo pensé por unos momentos y opté por seguir mirando esa escena tan excitante a pesar de todo lo que significaba para mí. Más lo hice por la curiosidad de saber si mi hijo le haría lo mismo a mi pareja, aunque me fijé que Rubén no tenia su miembro afuera ni se estaba tocando. Al poco rato mi hijo eyaculó en la boca de Rubén y se tiró hacía atrás en la cama. Mi pareja se limpió la boca con el pañuelo y le limpió el pene a mi hijo acariciándoselo un rato, luego el mismo se lo guardó y corrió el cierre de la bragueta. Luego se sentó a lado de mi hijo en la cama y se pusieron a conversar echándose bromas como si nada hubiera pasado. Por todo esto deduje que era Rubén el que había seducido a mi hijo, que seguramente estaba caliente por habernos espiado las noches anteriores. Esa noche no le dije nada a Rubén, ni tampoco le dije nada a mi hijo al otro día antes que se fuera a su departamento. Ya hace ya una semana de esto y aun estoy completamente desorientada y no sé que hacer al respecto. No he  vuelto a tener relaciones con mi pareja, por que aun no decido si decirle que se vaya, y aunque he hablé una vez con mi hijo por teléfono tanto él como yo conversado solo de un asunto de tramites y nada más. No sé si contarles a los dos lo que vi y ver como reaccionan, o guardarme todo y seguir como si nada. Me da miedo de cómo termine esto, no sé, si acepto la situación quizás terminemos culiando los tres juntos, o si me enojo y Rubén se va, me quedaré sola otra vez.

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